HISTORIA
La peritoneoscopía, a su vez derivada de la citoscopía, puede considerarse como predecesora de la culdoscopía, ya que esta última no es sino una variedad de la primera y solamente difiere en la vía que se usa para la introducción instrumental.
La visualización de los órganos intraabdominales ha preocupado a los médicos de todos los tiempos y para practicarla se han corrido riesgos más o menos grandes hasta llegar al grado de perfección actual.
KELLING, OTT, JACOBEUS, BIMHEIM, RENÁN, ROCAVILLA, TIERNEY, KORBSCH, NADEAU, KAMPNIER, RUDDOCK, KALH, HOPE, MEIGS, etc., se dedicaron al estudio del método exploratorio de la peritoneoscopía y a su esfuerzo se debe el valor que indudablemente tiene en la actualidad este procedimiento, para el diagnóstico exacto de padecimientos intraabdominales.
DECKER ha seguido el camino de sus antecesores y pensando que la introducción del peritoneoscopio por el saco posterior de la vagina daría mejor resultado en la exploración de los órganos genitales, ideó la culdoscopía y por ende el culdoscopio, por medio del cual la visualización de las vísceras pélvicas es más fácil, ya que si se emplea el peritoneoscopio por vía abdominal, frecuentemente se tropieza con dificultades, sea el intestino delgado que estorbe, adherencias, etc., que a veces hacen imposible el paso del peritoneoscopio hasta la cavidad pélvica.
RICHARD W. TELINDE y FÉLIX RUTLEDGE, del Departamento de Ginecología de la Universidad de Johns Hopkins, han continuado los pasos de DECKER.
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