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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
EDITADA POR LA Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia, y Ginecología A.C.
FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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INFORMACIÓN EXCLUSIVA PARA LOS PROFESIONALES DE LA SALUD


Editorial 8, agosto 2023

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

Editorial

| 1 de Agosto de 2023


 Alberto Kably Ambe


En esta edición de GINECOLOGIA Y OBSTETRICIA DE MÉXICO se publican dos artículos relacionados con las intervenciones quirúrgicas más practicadas por los ginecoobstetras: la cesárea, por el lado de la Obstetricia y la histerectomía por el de la Ginecología. Es de todos conocido el hecho de que la cesárea ha incrementado su porcentaje de práctica de manera casi geométrica en los últimos años y, al ser un marcador de la calidad de la atención obstétrica, muchas investigaciones han tratado de resaltar cuáles son las variables que podrían no solo no incrementar, sino incluso disminuir su tasa de ejecución. El artículo que analiza el riesgo de una cesárea a través del índice de Robson comenta y, a la vez ejemplifica, qué factores determinan su ejecución mediante un estudio retrospectivo y descriptivo llevado a cabo en un solo centro. Como era de esperarse, y así lo comentan los autores, los grupos que corresponden a la categoría de nulíparas en trabajo de parto espontáneo y presentación cefálica, y aquellos con antecedente de una cesárea previa, son los que contribuyen de forma más determinante a la ejecución de esta cirugía. Lo anterior, aunque multimencionado por diversos autores, debe de ser el foco de atención para poder modificar a la baja la incidencia de esta cirugía. Esto, aunque es un fenómeno universal, de ser evaluado correctamente podría, como menciona el artículo en cuestión, reducir hasta el 20% su ejecución. El mensaje es, en resumen, que las pacientes que no han tenido un nacimiento por vía vaginal en emabarazos previos deben ser de los grupos en quienes se enfoquen los esfuerzos para disminuir la tasa de cesáreas.

El segundo artículo se refiere a la histerectomía que, como se mencionó, es la cirugía ginecológica más practicada. Su evolución, en relación con la técnica quirúrgica y vía de acceso, ha variado con los años. La experiencia es del cirujano, el hospital en cuestión y ahora también de acuerdo con la disponibilidad tecnológica. Aunque, como se menciona en el artículo que analiza esta cirugía, ahora la histerectomía abdominal es la que más se practica, es necesario reevaluar el sitio de la vía vaginal, técnica que ofrece una recuperación más rápida, menos costos y estancia hospitalaria. Es cierto, como esbozan los autores, que una gran parte del abandono de esta cirugía se debe a la falta de experiencia y preparación del ginecólogo pero, también, al cambio de sus indicaciones. Un aspecto que en este estudio monocéntrico es marginalmente comentado es el hecho indiscutible que la técnica laparoscópica ha sustituido, en la gran mayoría de los lugares, a la histerectomía por laparotomía, con la consecuente recuperación más rápida y menos molesta para la paciente, que la vía laparoscópica ofrece. Lo anterior, aunque totalmente cierto, se ve limitado en algunos lugares por la falta de capacitación y tecnología insuficiente. Como puede extraerse de los comentarios previos, estas dos cirugías, frecuentemente realizadas por el ginecoobstetra, distan aún de haber llegado a una consideración universal en cuanto a sus indicaciones y técnicas quirúrgicas en cada una de ellas.  

Alberto Kably Ambe


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