La penicilina es para nosotros una nueva arma terapéutica eficaz, sin haber reemplazado totalmente los otros medicamentos ya conocidos y comprobados. Debemos recordar que empleando sólo la penicilina, incluso en combinación con otras drogas, el número de fracasos oscila del 15 al 30% en los casos de sífilis precoz. Esto se ha comprobado después de haber transcurrido tiempo suficiente desde los primeros ensayos con este antibiótico. De no advertirlo, el texto anterior bien podría parecer que se escribió recientemente; sin embargo, se trata de un artículo de Boni de Laureal que tradujo el destacado ginecólogo doctor Urbano Barnes, que se publicó en GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA DE MÉXICO hace 55 años y que se reproduce en este número.

En la actualidad, la penicilina sigue siendo el antibiótico de elección, con eficacia probada. Esto viene a colación porque hace poco se reportó que la azitromicina fracasó en el tratamiento de pacientes con sífilis, por lo que las autoridades de salud de Estados Unidos recomiendan a los médicos retomar el tratamiento con penicilina. En la República Mexicana, la Secretaría de Salud reporta una tasa de sífilis congénita de 2.2 por cada 100,000 habitantes, cifras que demuestran que no se trata de un problema menor.

La vigencia de las primeras afirmaciones demuestra la necesidad de acercarse no sólo a la lectura de los progresos más recientes, sino a la de los hechos pasados, que siempre serán la referencia del presente.