La educación en salud es la base de la prevención y del desarrollo en prácticamente todos los campos. Por lo que se refiere a la educación alimentaria, no siempre es la falta de recursos económicos la que impide observar una nutrición correcta sino las malas influencias, particularmente las provenientes de la incitación a la comida chatarra, a la comida que llena pero no nutre, al sedentarismo. En este ámbito es preocupante que nuestro país ocupe uno de los primeros lugares en incidencia de obesidad cuando, paradójicamente, aún muchas mujeres están lejos de satisfacer los requerimientos mínimos diarios de nutrientes.

En esta edición de GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA DE MÉXICO se publican las conclusiones de un interesante trabajo que investigó la frecuencia de sobrepeso y obesidad en un grupo de mujeres profesionales de la salud. El grupo de investigadores encontró que 75% de las mujeres incluidas en el estudio tenían sobrepeso u obesidad. Lo más preocupante de todo esto es que se trata de personas vinculadas de manera muy estrecha con instituciones de salud, donde este tipo de problemas debieran ser menores. Al principio del comentario señalábamos que se trata de un problema educativo que a pesar de la elevada escolaridad no siempre conduce a la correcta observación de las precauciones mínimas para gozar de buena salud o para prevenir la aparición de enfermedades.

El embarazo entre adolescentes es otro tema que se aborda en este número de GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA DE MÉXICO y que si bien se enfoca a establecer si existen diferencias en los resultados obstétricos y perinatales entre mujeres adolescentes de 16 años o menores, y mujeres de 20 a 24 años, el origen del embarazo temprano y no planeado se origina, en mucho, por un problema de educación-información. La carencia de educación en salud, de información veraz, oportuna y eficaz es la principal causa de embarazo entre las adolescentes.

Desde el punto de vista estricto de la salud, la adolescente que se embaraza queda expuesta a diversos riesgos, algunos por la falta de madurez, otros por el bajo peso, por la mayor predisposición a las infecciones pero, sobre todo, por la ausencia de educación en salud. Las clínicas para adolescentes, como la de Embarazo de la Adolescente del Instituto Nacional de Perinatología, son servicios que poco a poco empiezan a crecer en nuestro medio, cada vez son más las instituciones que cuentan con ellos y en donde es deseable que la educación sea una de sus principales actividades, pues los hechos nos siguen demostrando que es la única vía para disminuir los riesgos a los que se exponen las adolescentes por desconocimiento.

Por lo que a la educación médica continua se refiere, en esta edición se incluyen dos revisiones importantes que son una puesta al día en dos enfoques distintos de la influencia de los estrógenos. En uno de ellos se revisan las acciones nucleares específicas de los estrógenos y los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos. En el otro se alude a las acciones nucleares específicas de los estrógenos determinadas por su estructura, la isoforma del receptor estrogénico al que se unen, los cambios conformacionales del receptor estrogénico inducidos por el ligando y el equilibrio de coactivadores y correpresores que modulan la respuesta transcripcional final. El receptor estrogénico parece ser un punto de convergencia de señales provenientes de múltiples vías.

Los editores agradecemos las cartas recibidas en donde se manifiestan algunas divergencias con las opiniones vertidas en algunos trabajos originales, donde se aporta información complementaria y en donde se reconoce el valor del esfuerzo del cada vez mayor número de autores que envían sus trabajos con el propósito de que sean publicados. Esta forma de retroalimentación nos nutre y fortalece a seguir adelante en el compromiso que se nos encomendó y que con gusto asumimos.

Dr. Carlos Fernández del Castillo