La Escuela Médico Militar es una escuela de formación de médicos; es decir, de profesionales de la Medicina que ejercen en el ambiente social de nuestra Patria tanto en el medio civil como militar: por ello a los conocimientos propios de la Medicina y la Cirugía Generales tienen que agregar conocimientos especiales que les permitan actuar con éxito en muy diversas situaciones militares.

El estudio de la Obstetricia y de la Ginecología en la Escuela, dentro del concepto anteriormente enunciado, tiene por objeto preparar a los alumnos para que dentro de su carácter de Médicos Cirujanos, sepan manejar con bases anatomofisiológicas estrictamente científicas, a las mujeres que, ya sea cumpliendo con la función superior de la maternidad o en trance de enfermedad de sus órganos reproductores, los consulten en busca de consejo o tratamiento adecuado. No se pretende formar especialistas en ramas tan importantes como son la Ginecología y la Obstetricia, sino Médicos que con criterio científico orienten un tratamiento y conozcan las limitaciones que la actividad del Médico General encuentra en problemas complejos, funcionales, hormonales, tumorales o de cualquiera otra naturaleza, que afecten a la esfera genital de la mujer.

Desde su fundación, la Escuela Médico Militar conocía el déficit de los médicos recién egresados de las Facultades, en el campo de la Ginecología, por eso sus fundadores, observadores juiciosos de las proyecciones sociales del ejercicio profesional, pensaron en incluir en el Plan de Estudios una asignatura específicamente destinada a la Ginecología, ya que la Obstetricia figuraba, y figura aún, tradicionalmente en el Curriculum Médico de todas las escuelas de formación.

En su trabajo presentado al Primer Congreso Panamericano de Educación Médica, V. Manrique, J. Morales y O. Rendón, de Lima, Perú, asientan en un párrafo: “Reconociendo toda la importancia de la Ciencia pura y el valor de la investigación como elementos componentes de una Facultad, queremos hacer hincapié y referirnos especialmente a la función práctica de formación de profesionales. Creemos que para formar un buen profesional se le debe brindar más que mucha Ciencia, buena Ciencia, patrimonio indispensable de quienes la humanidad doliente va a recibir no sólo el bien físico, sino también el alivio espiritual”. Este pensamiento, que 33 años antes inspiró a los que organizaron a la Escuela Médico Militar, fue la guía para incluir en la preparación de los Médicos que forma los conocimientos relativos a nuestra especialidad.

Los alumnos seleccionados desde su ingreso a la Escuela por su capacidad científica y sus aptitudes físicas, psíquicas y morales, llegan a los cursos de Ginecología y Obstetricia en número limitado pero siempre considerable para abordar, ante grupos de más de veinte, el problema particular de una paciente que se presente para su estudio, y como la enseñanza tiene un aspecto clínico fundamental, se ha conseguido que auxilien al Profesor Titular cinco a seis Profesores Ayudantes que toman a su cargo, en forma rotatoria, a sendos grupos de alumnos que, en número muy reducido, hacen su práctica clínica sin lesionar el pudor siempre exaltado de nuestras enfermas.

De acuerdo con las ideas expresadas anteriormente, la Escuela Médico Militar ha creído contribuir al progreso de la Ginecología y la Obstetricia en nuestro medio impulsando y orientando la enseñanza de estas materias, contribuyendo a través de los trabajos científicos de sus Profesores en las distintas Revistas Científicas, en las Sociedades Especializadas y en los cursos de Graduados y auspiciando también la investigación bibliográfica y experimental sobre la materia por medio de las Tesis Recepcionales de sus alumnos.

En el Programa de Estudios se asigna un promedio de 40 horas de clase anualmente a la enseñanza de la teoría y 100 horas anuales a la Clínica Ginecológica. Dentro de la orientación pedagógica en que se desarrolla la enseñanza de la Medicina en la Escuela Médico Militar, la experiencia obtenida después de algunos años de práctica en el Profesorado, nos ha convencido que el estudio separado pero sucesivo de los aspectos teóricos o doctrinarios y de la Clínica o de aplicación, proporciona resultados más satisfactorios.

La enseñanza teórica se imparte siempre con mostración de piezas anatómicas, preparados histológicos, películas, gráficas, dibujos, etc., así como presentando a los alumnos las publicaciones originales de los temas tratados aun cuando fueran anticuados, pues ello seguramente contribuye a despertar sus inquietudes científicas y a no tratar de estudiar solamente para pasar el año. Por regla general, durante el curso teórico, grupos de cinco alumnos elaboran una monografía con el mayor acopio de bibliografía posible sobre temas variados, lo que ayuda a promover en ellos el interés por las publicaciones científicas y el estímulo para la elaboración de trabajos.

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