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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
EDITADA POR LA Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia, y Ginecología A.C.
FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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La preeclampsia y la eclampsia

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

La preeclampsia y la eclampsia*

Preeclampsy and eclampsia.

Ginecol Obstet Mex | 1 de Marzo de 2011

Ginecol Obstet Mex 2011;79(3):156-162


Por el Dr. Fernando Zetina.
México, DF.
Profesor por oposición de la Facultad de Medicina.
Tocólogo de la Maternidad No. Uno del IMSS.

* Leído en la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia.
Reproducido de Ginecología y Obstetricia de México 1956;XI(4):321-329.


Clasificadas entre las toxemias de la segunda mitad del embarazo se cree que son producidas por trastornos metabólicos peculiares de la gestación de naturaleza más o menos conocidas, en las cuales interviene el síndrome de adaptación de Selye (Strees) de una manera predominante y cuyas manifestaciones no son más que diferentes grados de una identidad patológica única que alcanza el acmé de su desarrollo cuando se presentan convulsiones de tipo epileptiforme.

Los síntomas que anuncian el peligro de la aparición de las convulsiones son:

l. Elevación de la presión sanguínea. 2. Albuminuria. 3. Rápido aumento de peso. 4. Edema. 5. Cefalea. 6. Disminución del rendimiento urinario 7. Trastornos visuales. 8. Dolor epigástrico.

La elevación de la presión sanguínea se presenta en el 98% de los casos. Es el signo constante, cuando la presión sistólica sube arriba de 140 y la diastólica arriba de 90. debe sospecharse la toxemia. La presión sistólica es la que primeramente se eleva seguida por la diastólica, la que por su mayor estabilidad tiene mayor significación.

En los casos graves la presión sistólica puede subir arriba de 200 mm en tanto que en los benignos se mantiene alrededor de 170. Una presión diastólica de 100 o más mm de mercurio produce lesiones vasculares en el fondo de ojo que traducen las lesiones que están apareciendo en la esfera vascular de diversos órganos.

La albuminuria es un signo temprano de toxemia siguiendo a la elevación de la presión sanguínea. En los casos benignos sólo se encuentran huellas, aumentando según la gravedad hasta 1 o 2 g por litro antes de que se inicien las convulsiones, aunque en ocasiones es mucho mayor de lo que podía esperarse.

El edema y rápido aumento de peso se deben a la acumulación del líquido en los espacios intersticiales y se manifiesta principalmente en los maléolos y en los dedos de manos y pies generalizándose después a todos los miembros inferiores, al vientre y cara, dando un color y aspecto característicos a la piel de estas enfermas. Cuando el aumento de peso exceda de 500 grs. a la semana debe sospecharse la toxemia. En los casos graves el edema es generalizado y muy acentuado, aunque pueden presentarse convulsiones sin ningún signo de retención de líquidos.

La cefalea generalmente aparece como signo de toxemia después de la hipertensión, de la albuminuria y del edema; es persistente, intensa y en los casos graves no cede a ningún tratamiento.

La disminución del rendimiento urinario es frecuente, cuando la cantidad de orina excretada en las 24 horas es menor de un litro, en pacientes que ingieren líquidos en abundante cantidad es signo de toxemia. La disminución va en razón directa de la gravedad, llegando a ser la excreción de 100 a 200 cc en 24 horas, y aun la anuria cuando el cuadro eclámptico está desencadenado.

Los trastornos visuales son indicio de la severidad de la toxemia. Se manifiestan al examen del fondo de ojo por vasoconstricción espástica generalizada de las arteriolas retinianas, en casos más avanzados hay edema, hemorragia y aun desprendimientos parciales de la retina. Estas lesiones se traducen sintomáticamente por visión borrosa, percepción de manchas negras (miodesopsias, hemianopsia y aun amaurosis que generalmente son regresivas, en las enfermas que logran salir de su toxemia.

Cuando se presenta el dolor epigástrico en barra, aparece pocas horas antes de las convulsiones y es un síntoma que debe inducir al partero a interrumpir el embarazo, por ser éste el único medio de evitar la aparición de los ataques.

El ataque convulsivo de todos conocido, hace que la mayoría de los clínicos divida las toxemias de la segunda mitad del embarazo en preeclampsia cuando no hay convulsiones y en eclampsia cuando éstas aparecen; no son más que distintos grados de un mismo padecimiento. La sintomatología es precisa, la enferma con cara estuporosa presenta nistagmus o mirada fija a un objeto lejano y luego el nistagmus, dilatación pupilar, pone los ojos en blanco, iniciándose las contracciones tónicas que son causa del trismus, de la mordedura de la lengua y de cianosis, por espasticidad de los músculos respiratorios, generalizándose las contracciones a todo el cuerpo. Inmediatamente se presentan las contracciones clónicas, se restablece la respiración que se hace estertorosa y la enferma después de un lapso que generalmente es corto, de convulsiones, pasa a un estado de estupor hasta que recobra la conciencia. Este ataque es seguido de otro y otro, y si no es tratada adecuadamente, puede presentarse coma, no salir de él y terminar con la muerte.

La preeclampsia puede ser confundida con diversos padecimientos, pero un buen examen clínico ayudado del laboratorio y de investigación de antecedentes de la enferma permiten en la mayoría de los casos hacer el diagnóstico diferencial.

En la glomerulonefritis aguda existe infección reciente en los antecedentes; muchos glóbulos rojos en la orina y el nitrógeno no proteico en sangre estó aumentado. En la glomerulonefritis crónica hay antecedentes de escarlatina o alguna otra infección que fue seguida de manifestación de nefritis, han existido mortinatos, prematuros y abortos de segundo trimestre, descartando sífilis e incompatibilidades hematológicas. Hay abatimiento la densidad de la orina, insuficiencia renal comprobable a la prueba de la sulfofenoltaleína, aumento del nitrógeno y cambio en el fondo de ojo.

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