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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
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FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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Manejo de los procesos infecciosos en Ginecología hace diez años y en la actualidad

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

Manejo de los procesos infecciosos en Ginecología hace diez años y en la actualidad

Management of infectious processes in Gynecology ten years ago and today.

Ginecol Obstet Mex | 1 de Octubre de 2011

Ginecol Obstet Mex 2011;79(10):642-653


Dr. Donato Ramírez

Reproducido de Ginecología y Obstetricia de México 1956;XI:137-152


Por el Dr.  Donato RAMÍREZ
Director Médico del Hospital para Mujeres
“Dr. J. Alemán Pérez”

 

 

En el presente trabajo haremos una revisión resumida y comparativa sobre el manejo de los procesos infecciosos más frecuentes en ginecología, hace diez años y en los tiempos actuales. La mayoría de estos procesos, en su fase aguda, se caracteriza por su generalización en todo el aparato genital y sus órganos contiguos, por la repercusión general al organismo y por las secuelas que deja. Para facilitar su enumeración comparativa trataremos, dentro de las posibilidades impuestas por la extensión, de dividirlos en procesos infecciosos de los órganos genitales externos e internos.

Al iniciarse la presente década los agentes quimioterapéuticos habían reducido en gran escala la incidencia y las invalideces orgánicas y funcionales que dejaban las infecciones en los genitales femeninos. En 1944 el primer antibiótico hizo su aparición, una maravillosa droga llamada penicilina, seguida de la estreptomicina y poco después de los demás antibióticos denominados de amplio espectro bacteriano, así como los nuevos agentes quimioterapéuticos menos tóxicos y nuevas combinaciones de estos con los antibióticos. Agentes terapéuticos que permiten, cada día, el fácil manejo de los estados infecciosos ginecológicos, aun de los más graves.

El empleo juicioso de estas eficaces armas terapéuticas, los procedimientos actuales de exploración y los métodos auxiliares de laboratorio, supeditados a un buen estudio clínico como básico y primordial, permiten al ginecólogo en la actualidad contemplar con asombro cómo se reduce paulatinamente el antiguo capítulo de las ginecopatías infecciosas descritas en las obras o tratados de ginecología.

 

GENITALES EXTERNOS

 

Los procesos infecciosos de la vulva son bastante frecuentes en la mujer. En la mujer adulta, como estados infecciosos aislados son raros pues generalmente se asocian con uretroesquenitis, bartholinitis, vaginitis, cervicitis o con procesos infecciosos de los genitales internos. En las niñas por lo general se localizan en la vulva o bien acompañan estados infecciosos de la vagina.

En este capítulo haremos primeramente una revisión panorámica de las vulvovaginitis infecciosas no venéreas. Éstas pueden ser primitivas o secundarias, agudas o crónicas.

Como indicamos arriba nos limitaremos a enumerarlas: vulvitis herpéticas, impetiginosas, erisipelatosas, aftosas, pruriginosas, intertriginosas; las que se observan en el curso de las enfermedades eruptivas: escarlatina, rubeola, viruela, difteria, etc. y las producidas por la introducción de cuerpos extraños en la vagina, por traumatismos vulvovaginales y las de origen parasitario (ácaros del género Sarcoptes scabiei, pedículis pubis, tricofitos y oxiuros en las niñas).

Las vulvovaginitis erosivas y ulcerosas, agudas y crónicas. Las agudas como consecutivas a las foliculitis, al herpes genital, estreptococos, erisipelas, agentes cáusticos; a diatermocoagulación de las vegetaciones vulvares o al Molluscum contagiosum y la úlcera aguda o simple de la vulva. Entre las crónicas las debidas a micosis, disqueratosis lenticular, craurosis, úlceras crónicas, simples o también llamadas úlceras redondas o balísticas. Las vulvovaginitis por papilomas venéreos y por molluscum contagiosum.

El diagnóstico de estos procesos infecciosos en la actualidad, como hace diez años, es eminentemente clínico, auxiliado por los métodos de diagnóstico de laboratorio. Su tratamiento local no ha variado actualmente. En general ha experimentado un avance notable con el uso de la terapia antibiótica pero también han hecho aparición cada vez más frecuente las vulvovaginitis micóticas, las resistencias y fenómenos de intolerancia debido al abuso de los nuevos agentes terapéuticos.

Las lesiones vulvovaginales sin diagnóstico deberán ser manejadas en forma conservadora. Sin embargo, pueden usarse agentes terapéuticos que no interfieran con los métodos diagnósticos a emplear. En las lesiones erosivas, ulcerosas, herpetiformes, impetiginosas, aftosas, etc., debe usarse la sulfadiazina o los nuevos agentes quimioterapéuticos de escasa acetilación y baja toxicidad (Ayerlucid) para destruir los gérmenes de infección secundaria y para no impedir, según el caso, el desarrollo de la reacción de Ito Reenstierna, Frei o la investigación del treponema por el método del campo obscuro. Localmente se sugieren lavados vulvovaginales con suero fisiológico. En todas estas lesiones es necesario evitar el uso de tópicos cáusticos, soluciones antisépticas, penicilina o antibióticos de amplio espectro mientras no se tenga el diagnóstico de laboratorio.

En las vegetaciones vulvares o condilomas acuminados, en las lesiones como el molluscum contagiosum, cuyos agentes infecciosos son debidos probablemente a virus, el tratamiento se reduce al uso de sulfadiazina, al quirúrgico y al electroquirúrgico.

 

CHANCRO BLANDO

 

Ulceraciones genitales de origen venéreo acompañadas de crecimiento inflamatorio y supuración de los ganglios linfáticos regionales. El agente causal es el Haemophilus ducreyi (sinónimo: ulcus molle). Esta infección puede existir concurrentemente con la sífilis (chancro mixto), con el linfogranuloma venéreo, con el granuloma inguinal y con la fusoespiroquetosis.

 

Hace diez años

Diagnóstico clínico

Métodos para el diagnóstico

a)  Investigación por bacterioscopia y tinción de Gram

b) Intradermorreacción de Ito Reenstierna

c) Autoinoculación

 

3. Tratamiento

Las sulfamidas son específicas para la terapia del chancro blando: sulfanilamida, sulfatiazol y sulfadiazina. Esta última era la de elección: se administra en dosis de dos a cuatro gramos diarios en dosis divididas durante 7 días. Localmente se recomendaban cuidados de limpieza y lavados con soluciones débiles de permanganato de potasio y ácido bórico

 

En la actualidad

Mismos métodos de diagnóstico clínico

Métodos de laboratorio

a) Intradermorreacción de Ito Reenstierna, la usada en la práctica diaria

b) Frotis. Se recomienda únicamente para el pus aspirado directamente del bubón

c) Cultivo, por el método de Teague y Deibert. Poco usado por la dificultad de cultivar este microorganismo

d) Biopsia. Este método es de valor cuando los estudios han fracasado o la lesión no responde a la terapia específica

 

3. Tratamiento

La sulfadiazina todavía es la droga de elección por específica y mejor tolerable; se usa en las mismas dosis. Cuando las lesiones son resistentes a esta droga los antibióticos son de gran utilidad. Las lesiones responden a la dihidroestreptomicina 0.5 a 1.0 g cada 6 horas, intramuscular durante 6 a 7 días. Aureomicina: 500 miligramos cada 6 horas por 10 días. Cloramfenicol por vía intramuscular 0.5 g cuatro veces al día durante 12 días. Los preparados de penicilina tienen poco valor.

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