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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
EDITADA POR LA Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia, y Ginecología A.C.
FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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INFORMACIÓN EXCLUSIVA PARA LOS PROFESIONALES DE LA SALUD


Trastornos ováricos y desnutrición

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

Trastornos ováricos y desnutrición* ,**

Ovarian disorders and malnutrition

Ginecol Obstet Mex | 1 de Abril de 2009

Ginecol Obstet Mex 2009;77(4):204-11


Por los Dres. Salvador ZUBIRÁN
Francisco GÓMEZ MONT • •

* Tema Oficial, leído en la IV Reunión Nacional de Ginecología y Obstetricia. Torreón, Coah., Nov. 21, 1953.
** Reproducido de Ginecología y Obstetricia de México 1954; IX:71-84.
• Director del Hospital de Enfermedades de la Nutrición. DF, México.
• • Jefe del Laboratorio de Hormonas del Hospital de Enfermedades de la Nutrición. México, D.F.


Las observaciones hechas en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición durante varios años, han hecho aparente que los síntomas que presentan nuestros enfermos desnutridos no son atribuibles a la deficiencia de un factor nutricional aislado, sino que son el resultado de la ingestión inadecuada de todos los elementos que se requieren para una buena nutrición. La disminución o falla de ellos determina los cuadros clínicos que deben ser agrupados bajo el término genérico de desnutrición, y en los que están afectadas todas las funciones del organismo, pero que su expresión clínica por causas diversas se hace más ostensible en algún órgano o sistema en particular. Así, la anemia, las manifestaciones neurológicas, las gastrointestinales o las cutáneas, se hacen más evidentes, al grado de poder ser tomadas para construir entidades clínicas separadas. Cuando la desnutrición prevalece durante muchos años, puede dar lugar a lesiones irreparables, como la cirrosis hepática1-4 y puede aún ser factor determinante de las características físicas y mentales de los pueblos, especialmente cuando actúa sabre varias generaciones, durante la gestación y durante la infancia.1,5,6

Del cuadro clínico de la desnutrición han sido menos estudiadas y conocidas las perturbaciones endócrinas, a pesar de que tienen una participación muy importante.

Efectivamente, la frecuencia y seriedad de las alteraciones sexuales, las pigmentaciones de la piel, la ginecomastia, la astenia, la hipotensión, las cifras anormales en la excreción urinaria de hormonas, las del metabolismo basal y muchos otros datos precisos, son testigos de la presencia de perturbaciones endócrinas en la desnutrición.1,5,7,8

A pesar de que en la historia de la humanidad se describen periodos de hambre en todos los tiempos y en todos los países, sólo se encuentran descripciones aisladas e incompletas de los daños que la desnutrición determina en el organismo. Más raras son aún las referencias acerca de las perturbaciones de las glándulas endócrinas y sus consecuencias.5

Aun cuando una información más amplia, apoyada en exámenes clínicos y material de autopsia, se obtiene en los estudios realizados en los campos de concentración y en las regiones donde el hambre es endémica,5,7,8 no se ha llevado a cabo ninguna actividad para determinar directamente la función endócrina. En los valiosos experimentos hechos en hombres sometidos a dietas de hambre en el llamado Experimento de Minnesota5 y en el del Instituto Carnegie9, desgraciadamente tampoco se llevaron a cabo suficiente número de determinaciones hormonales, lo que hace menos valiosa la información obtenida de estas experiencias.

Contrariamente, la literatura encierra muy numerosas observaciones hechas en animales acerca de las lesiones endócrinas, provocadas por dietas deficientes en tal o cual factor nutricional. Aún cuando los datos que proporcionan estos estudios son muy importantes, de ninguna manera puede sostenerse que las perturbaciones encontradas en ellos sirvan por sí solas para conocer lo que acontece en el hombre sometido a largos periodos de desnutrición, en el ambiente mental y social en que vive.

Ni las observaciones hechas durante periodos de hambre de corta duración, como acontece en las plagas sociales o en los campos de concentración, ni las hechas en los experimentos Carnegie y Minnesota pueden ser comparables a las que se efectúan dentro de las condiciones normales en que viven las personas crónicamente desnutridas.

En el excelente tratado The Biology of Human Starvation5 se asienta que probablemente la mitad de la humanidad sufre de desnutrición crónica. Para conocer los verdaderos efectos que la ingestión alimenticia constantemente deficiente durante años determina en los miembros de esa mitad de la humanidad, ellos deben ser estudiados en la situación normal de su vida, dentro de sus propios ambientes mental y social y sujetos a los múltiples factores de sufrimiento, angustia y de “stress” a que están sometidos.

Creemos que nuestras observaciones se aproximan más a ese propósito, ya que han sido hechas en sujetos en un verdadero estado de desnutrición crónica, en el ambiente normal de su vida y cuando por alguna causa se acentuó ese estado y aparecieron por tal motivo manifestaciones clínicas evidentes de desnutrición, que les hizo llegar al Hospital.

Para leer la información completa, por favor descargue el archivo PDF.


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