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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
EDITADA POR LA Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia, y Ginecología A.C.
FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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VIII Congreso Nacional de Ginecología y Obstetricia 26 al 30 de octubre de 1998. Conferencia Magistral. 'La filosofía, la bioética y el ginecólogo"

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

VIII Congreso Nacional de Ginecología y Obstetricia 26 al 30 de octubre de 1998. Conferencia Magistral. 'La filosofía, la bioética y el ginecólogo"

8th National Congress of Gynecology and Obstetrics 26-30 October 1998. Conference on "Philosophy, Bioethics and the Gynecologist

Ginecol Obstet Mex | 1 de Mayo de 1999

Ginecol Obstet Mex. 1999;67:193-5.



Siempre que en una reunión médica se anuncia un tema sobre Filosofía, Ética o Deontología, el posible auditorio se resiste a asistir. Dejar trabajo, los compromisos y sacrificar una suma más o menos importante de dinero, solamente encuentra justificación si se asiste a escuchar un avance terapéutico realmente importante o se aprende y actualiza alguna técnica quirúrgica de interés particular. 

Tal parece que la Ética ya no le interesa a nadie. 

Por otra parte, el que toma el riesgo de abordar un tema ético en una asamblea médica, puede caer en el error de querer exponer una prédica dogmática que aburre e incomoda. El auditorio, al escuchar al orador, igual que cuando atiende la disertación de un experto que todo lo sabe, personifica la doctrina en la voz del que habla y si éste no despide aunque sea un leve olor a santidad, por lo menos debe ser un profesional íntegro que viva y actúe conforme a lo que está diciendo.  
Es ya una costumbre que en nuestros congresos nacionales, el Presidente en torno de la Federación Mexicana de Ginecología y Obstetricia, pronuncie un discurso que, en este caso, ni con mucho puede designarse Conferencia Magistral. Héme aquí cumpliendo con este compromiso con gusto y alegría aunque no sé si mi capacidad me permita hacerlo con sabiduría. 

"Filosofía est ciencia rerum" decían los antiguos en latín clásico. La Filosofía es la ciencia de las cosas, de todo lo que pensamos y de todo lo que hacemos, de nuestro quehacer profesional, familiar y ciudadano, durante la actividad y en los ratos de descanso, como decían los griegos, en el ocio y en el negocio. La Filosofía forma pues la esencia de la vida misma. 

Alguien dijo alguna vez: "Pienso luego existo". El que razona toma conciencia de sus actos: los planea, los valora antes de ejecutarlos y cuando los realiza encuentra el placer y la satisfacción. No es como el que siente el peso inexorable de una acción no planeada, a veces rechazada y que por ligereza descuido la ejecuta. Peor aún, cuando por obligación se tiene que realizar algo en lo que no se está de acuerdo o cuando los fines de la acción se apartan de conseguir el bienestar, la salud, o la felicidad. Allí es donde radica la libertad que produce satisfacción y que sustenta la personalidad firme y confiada de un profesional.

El quehacer médico tiene un campo de ejecución especial: el organismo humano o mejor, el hombre. El hombre no es un conjunto de complicadas estructuras histológicas que funcionan de acuerdo a reacciones físico-químicas. La salud dependería entonces de la integración entre la estructura anatómica y la función. La función quedaría supeditada a los descubrimientos científicos apoyados en las hipótesis experimentales. Pero inexorablemente, la ciencia que gobierna los fenómenos y la tecnología que nos los muestra constituyen el apoyo indudable e insustituible de nuestra profesión. Pero el hombre, decíamos, no es solamente eso. El hombre tiene conciencia, pensamiento y voluntad.El hombre enfermo o en este caso, la mujer enferma, es nuestro campo de acción. Este nuevo elemento que ahora se añade a nuestro razonamiento es la enfermedad.


En una concepción sencilla, la enferma es una persona que necesita ayuda. El médico es quien puede y quiere proporcionarla. La modalidad de esta acción reconoce una variabilidad muy amplia pero dentro de un marco efectivo y lícito, la enferma no puede cambiar su enfermedad pero el médico sí puede variar o matizar en muchas formas su acción profesional. El principio implícito en esta acción estará orientado a buscar la recuperación de la salud, a mantenerla o a aconsejar medidas para prevenir la enfermedad. "Primum non nocere" reza otro adagio clásico en Medicina: Primero no dañar.

Dentro de este marco de relación estrecha entre el médico y la paciente es en donde surge precisamente la Ética. La acción médica revestida de Ética necesariamente se apoya en el concepto de realizar lo útil, lo bueno, lo saludable y por qué no, lo bello. Por razón lógica debe evitar lo nocivo, lo perjudicial y por supuesto lo que no cumpla con el fin que se persigue. ¿ Cabrían algunos otros razonamientos para legitimar la preocupación que debe tener el médico acerca de los planteamientos éticos? Para mí éstos serían suficientes. 

La Bioética que ocupa una buena parte de las publicaciones médicas contemporáneas podría parecer algo novedoso. Sin embargo las preguntas que plantea acerca del hombre, las enfermedades y la acción médica son las mismas de ayer y probablemente idénticas a las que se hagan los clínicos de futuras generaciones. En el terreno de la Bioética se asienta bien que la moralidad no puede oponerse a la legalidad y que cuando se opone, se recurre equivocadamente al permisivismo. Haciendo uso de esos permisos frecuentemente se agreden las leyes naturales alegando que se trata de un caso de excepción. Los casos de excepción son tan frecuentes que ya los comunes resultan excepcionales. 

Otra falacia que a menudo se contempla es la relacionada a los avances tecnológicos. Para ejecutar una acción médica basta que técnicamente pueda ser llevada a efecto ya que la tecnología de punta se entiende como el mayor de los progresos humanos. Si el médico no tiene conciencia de que tiene conciencia y no piensa que piensa ¿Cómo puede usar el razonamiento ético en la toma de sus decisiones de acuerdo a su conciencia? 

Señalaremos algunos ejemplos que pueden ilustrar los razonamientos anteriores. El uso de los equipos de ultrasonido se considera en la actualidad como una práctica corriente dentro de la GinecoObstetricia. Es casi ya una parte más del equipo habitual del consultorio. Sin embargo en varias publicaciones recientes se menciona el hecho de que frecuentemente se usa mal: se indica rutinariamente en la consulta prenatal pero rara vez se cumple con la requisitoria de un estudio prenatal completo y confiable, diagnosticando embarazos con fetos sin alteraciones y que pasaron por alto sindactilias, disimetrías en la inserción de los pabellones auriculares, disgenesias del sacro, cardíacos o defectos en el cierre del tubo neural. Muchos médicos están más preocupados por mostrar en el monitor la imagen del bebé que de prescribir el ácido fólico necesario para evitar anomalías congénitas del tubo neural. Constantemente presenciamos los diagnósticos erróneos de ovarios poliquísticos o los de úteros con fibromiomas de pequeños elementos que sin corresponder a ninguna patología real son motivo de intervenciones quirúrgicas necesariamente inútiles y mutilantes. El seguimiento de la maduración folicular en los casos de esterilidad anovulatoria puede tener muy poca confiabilidad si no se dispone de un transductor endovaginal. El recurso ahí está, a la mano y el que haga la inversión, debe capacitarse adecuadamente para atender con responsabilidad el servicio que ofrece.

Otro ejemplo no tan raro de observar es el del consejo quirúrgico en patología ginecológica que no lo amerita y peor aún, la intervención quirúrgica debe ejecutarse con urgencia porque de otra manera existe la amenaza de una neoplasia maligna. A la honradez aunada a la capacidad científica, la Bioética las considera como simbolismos culturales para cumplir con justicia el trabajo profesional pero el engaño, basado únicamente en una situación profesional y explotando la ignorancia del que deposita íntegramente la confianza, la salud y muchas veces los recursos que no se tienen, cae dentro de la más denigrante actitud que va contra la justicia, la autodeterminación, el respeto y la más elemental dignidad humana.

La práctica de la operación cesárea se ha elevado a cifras que en algunos centros hospitalarios rebasan el 50% y aunque la morbilidad y mortalidad neonatal ha disminuido, las cifras de mortalidad materna permanecen sin modificaciones sustanciales. 

En materia de Biología de la Reproducción y Reproducción Asistida los avances han sido tan rápidos que da la impresión de que los códigos de Bioética y de Deontología Médica no han alcanzado el ritmo del progreso. 

En el campo de otras aportaciones al avance médico, como serían los logros de la Ingeniería Genética, el descubrimiento de nuevos psicofármacos y el trasplante de órganos, se ha planteado la necesidad de elaborar una nueva codificación bioética. 

Indudablemente que estas situaciones han sembrado confusión y en la actualidad se observan dos tendencias: las de los que acordes al indiscutible progreso de la Medicina esperan y proponen una nueva codificación: un nuevo código en Bioética. Otros, por el contrario, demasiado afincados en los textos tradicionales rechazan sin más cualquier innovación a este respecto. Entre unos y otros, conservadores e innovadores, el médico ha de pronunciarse y ha de hacerlo siempre a favor de la libertad del pensamiento y del respeto a la paciente. Por mucha que sea la confusión actual sobre ciertas cuestiones éticas, ningún médico puede renunciar a emitir decisiones en el ejercicio de su profesión y éstas deben estar bien fundamentadas tomando por un lado el respaldo de un profundo conocimiento de la ciencia médica y por otro lado los sabios consejos de la Ética. ¿Innovación o inmovilismo? Tanto daño se podría hacer por rechazar los criterios deontológicos tradicionales como por oponerse también "a priori" a los criterios bioéticos innovadores. En Bioética nada es viejo ni nada nuevo: todo depende del criterio de fundamentación de un juicio que no debe olvidar que en última instancia busca el beneficio del hombre.
El Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras ha elaborado un nuevo Código de Ética en 1998 y que consta resumidamente de cinco diferentes grupos o categorías de problemas: 

1) La relación médico-paciente. Como acción medular en la actuación médica debe tenerse siempre y en primer lugar el bienestar de la paciente y el gíneco-obstetra debe preocuparse por proporcionarle una eficiente atención médica. 
2) La conducta del médico en su práctica. El médico debe poseer conocimientos y experiencia siempre al día, a la altura de los servicios que él proporciona. Cuando se vea impedido en su práctica por enfermedad o toxicomanía, debe se r removido inmediatamente ya que en estas condiciones disminuye su capacidad de juicio.
3) Conflictos de inte reses. Cualesquiera que s ean, siempre deben ser antepuestos los de la paciente. En aquellos casos cuya solución no parezca posible se buscará la manera de que otro médico se haga cargo de la paciente. Los profesionales deben esta r atentos de no inmiscuirse en promociones comerciales tanto de medicamentos como de servicios asistenciales.
4) El gineco-obstetra debe fomentar las relaciones y cooperar profesionalemente con otros médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud.
5) Responsabilidades Sociales. Participaren los programas generales de Salud de la comunidad e intervenir activamente en l a salud pública. Los médicos gineco-obstetras no podrán proporcionar dictámenes legales en asuntos que no conozcan a la perfección y resultaría totalmente fuera de ética aceptar compensaciones d erivadas por asuntos de litigio.

Es muy común escucharque"el médico cura a veces, alivia otras y consuela siempre". La vocación médica se afianza cada día con el ejercicio pero también cada día reconoce limitantes. La práctica profesional debe colocar al ejercítante en un plano espiritual superior al material. Debe comprender que no todo está en nuestras manos, a pesar de la tecnología de punta y que por esta razón debemos tender hacia la excelencia y trabajar lo más cercanamente posible a ella. Tal vez así comprendamos porqué dentro de la cultura antigua y siguiendo esta tendencia hacia la excelsitud, un pueblo construyó en la cima de un monte de roca, de 156 metros de altura, un templo dedicado a Atenea Partenos, de marmol pentélico y d e estilo dórico. El Partenón fue construido para que sirvieracomo símbolo de la victoria de los griegos sobre los persas y como reconocimiento por la libertad que les había proporcionado su diosa protectora: Atenea.


¿Cuál es la excelsitud a la que nuestra profesión médica debe tender? Ya lo dijimos al principio y lo hemos venido repitiendo: la justificación de nuestro quehacer profesional es el hombre, lograr su bienestar, su salud, su alegría. Esto justifica cualquier esfuerzo y expresa la mejor remuneración que va a fortalecer nuestra paz interior. "Donde quiera que se ame el arte de la medicina, se ama también a la humanidad". (Platón). 


Dr. José Antonio Sereno Colón Morelia, Mich., 11 de Octubre de 1998. 


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