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ISNN - 0300-9041
ISSNe - 2594-2034


Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline
EDITADA POR LA Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia, y Ginecología A.C.
FUNDADA POR LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA EN 1945

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INFORMACIÓN EXCLUSIVA PARA LOS PROFESIONALES DE LA SALUD


Violencia por motivos de género: un precio demasiado alto

Periodicidad: mensual
Editor: José Niz Ramos
Coeditor: Juan Carlos Barros Delgadillo
Abreviatura: Ginecol Obstet Mex
ISSN: 0300-9041
ISSNe: 2594-2034
Indizada en: PubMed, SciELO, Índice Médico Latinoamericano, LILACS, Medline.

Violencia por motivos de género: un precio demasiado alto

Gender-based violence: a too high price.

Ginecol Obstet Mex | 1 de Mayo de 2013

Ginecol Obstet Mex 2013;81:284-290


Samuel Karchmer

Médico ginecoobstetra, director del Hospital Ángeles Interlomas.

“Una mujer que vive a la sombra de la violencia cotidiana… no es realmente libre”
Kofi Annan (ONU)

 

La violencia por motivos de género es, tal vez, la violación de los derechos humanos más generalizada y más tolerada socialmente. El costo para las mujeres, sus hijos, sus familias y sus comunidades es un obstáculo sustancial para reducir la pobreza, lograr la igualdad entre hombres y mujeres y alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio. La violencia es una experiencia traumática para cualquier hombre o mujer, pero la violencia por motivos de género es infligida preponderantemente por hombres contra mujeres y niñas. Esto refleja y refuerza la falta de equidad entre hombres y mujeres, y afecta la salud, la dignidad, la seguridad y la autonomía de sus víctimas.

Se estima que en todo el mundo una de cada cinco mujeres será víctima de violación o de intento de violación a lo largo de su vida. Una de cada tres habrá sido golpeada, obligada a entablar relaciones sexuales bajo coacción o maltratada de otra manera, por lo general por un miembro de su familia o un conocido. Con frecuencia quienes perpetran esos actos no son castigados. Cada año, centenares de miles de mujeres y niñas son objeto de trata y esclavitud y muchos millones más están sujetas a prácticas nocivas. La violencia mata y discapacita a una cantidad de mujeres de 15 a 44 años de edad superior al número de mujeres víctimas de cáncer. Y el número de mujeres que ven afectada su salud por la volencia es superior a las cantidades combinadas de víctimas de accidentes de tránsito y de paludismo.

Las consecuencias de la violencia por motivos de género son devastadoras. Las supervivientes suelen padecer a lo largo de toda su vida trastornos emocionales, problemas de salud mental y mala salud reproductiva. Las mujeres víctimas de abuso también corren mayor riesgo de infectarse con VIH. Las mujeres que han sido atacadas física o sexualmente tienden a utilizar intensamente y a largo plazo los servicios de salud. Los efectos de la violencia también pueden alcanzar a futuras generaciones: los niños que han sido testigos de abusos o que fueron víctimas suelen padecer daños psicológicos duraderos.

También es alto el costo para los países: mayores gastos en atención de la salud, demandas ante los tribunales, denuncias policiales y dificultades en la escuela, además de pérdidas a nivel educacional y en la productividad. En 1996 la violencia doméstica en Chile costó a las mujeres pérdidas de ingresos por un monto de 1,560 millones de dólares, más de 2% del producto interno bruto del país en ese año. Una encuesta realizada en la India indicó que después de un incidente de violencia una mujer pierde, en promedio, siete días de trabajo. La violencia doméstica es el mayor riesgo de salud para las mujeres australianas en edad de procrear y causa pérdidas económicas con valor de unos 6,300 millones de dólares al año. En Estados Unidos, esa cifra es de aproximadamete 12,600 millones de dólares anuales. Las instituciones financieras internacionales también han comenzado a tomar nota. Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo está abordando la violencia por motivos de género en sus carteras de préstamos.

La magnitud y las múltiples variantes de la violencia por motivos de género

La violencia por motivos de género puede ser infligida por compañeros íntimos, miembros de la propia familia, conocidos o extraños. Aun cuando durante mucho tiempo se consideró cuestión privada, la comunidad internacional reconoce ahora que la violencia por motivos de género es una violación de los derechos humanos, cuyas raíces nacen de la condición de subordinación de la mujer. Los planes de acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), en 1994, y la cuarta conferencia mundial sobre la mujer, efectuada en Beijing, China, en 1995, reconocieron que la eliminación de la violencia por motivos de género es una condición fundamental para lograr la igualdad entre hombres y mujeres y el empoderamiento de la mujer. El término abarca la violencia doméstica, las formas de maltrato sexual y psicológico y las prácticas nocivas, entre ellas la mutilación genital. También incluye la selección prenatal en función del sexo del feto y el infanticidio femenino, manifestaciones extremas del bajo valor social asignado a las niñas. La violación sistemática utilizada cada vez más como instrumento de terrorismo durante conflictos armados ha impulsado la aprobación de importantes acuerdos internacionales para proteger a las mujeres y castigar a quienes perpetran esos delitos.

La violencia doméstica es, con mucho, la forma más común de violencia por motivos de género. Con base en datos de encuestas, en algunos países 10% de las mujeres (y en otros incluso 69%) sufre violencia doméstica. En aproximadamente una cuarta parte de los casos, también ocurre abuso sexual. La violencia sexual puede incluir intimidación física y psicológica, propuestas sexuales rechazadas o actos sexuales no deseados, violación por parte de novios y esposos, y chantaje. También puede valerse de la inseguridad financiera de la mujer, amenazas de despido, imponiendo explotación en el trabajo, u ofreciendo alimentos o albergue a cambio de relaciones sexuales.

Asimismo, denegar la protección con anticonceptivos es una forma de violencia sexual. Aun cuando las mujeres víctimas de abuso viven aterrorizadas, muchas están atrapadas por el temor a la desaprobación o las represalias por parte de la comunidad. Esos temores tal vez estén justificados: estudios efectuados en países industrializados muestran que una cantidad sustancial de homicidios producidos por un compañero íntimo ocurren cuando la mujer trata de romper la relación o poco después.

En Australia, Canadá, Estados Unidos, Israel y Sudáfrica, entre 40 y 70% de las mujeres víctimas de asesinato fue asesinada por su compañero.

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