Un nuevo ciclo se inicia en la vida de Ginecología y Obstetricia de México, nuestra revista, la revista de nuestra Federación.

Desde su fundación y publicación ininterrumpida la revista ha sido artífice y promotora de la divulgación de la información científica de la Ginecoobstetricia. Autores mexicanos y extranjeros de primer nivel han publicado sus investigaciones y comentarios en sus páginas a lo largo de más de 60 años y, más de una de ellas, ha sido parte fundamental del quehacer diario de la especialidad, lo que ha redundado en mejoras teórico-prácticas que culminan con el bienestar de la salud de la mujer.

En un contexto global, como parte del trabajo académico de los médicos, se encuentra, sin duda alguna, como punta de lanza y marco de referencia el hacer partícipe a sus colegas de sus conocimientos; esto es parte esencial de la actividad del médico y punto fundamental que ha permeado en el bienestar de nuestros pacientes. Esto se ha logrado, desde Hipócrates, con la trasmisión escrita de las experiencias médicas para que sean evaluadas, analizadas y, por supuesto, practicadas por sus pares.

Escribir no solamente es útil como mecanismo trasmisor de enseñanzas y conocimientos. No es, ni mucho menos, un medio exclusivo para demostrar a nuestros pares la forma de realizar las actividades personales o colectivas de un grupo sino, fundamentalmente, la forma de analizar, comparar, normar, evaluar y mejorar la calidad de la atención que, al final del camino, es el objetivo último de nuestras actividades y que recae en la fuente prima de la razón del médico: el bienestar del paciente.

Escribir no solo es el reflejo del deseo de perpetuar lo realizado, conocido o investigado, sino compartirlo con quienes a diario efectúan actividades similares. No es demostración tecnológica, ni análisis crítico, sino que debe ser la facilitación de conocimientos aplicables y análisis utilitarios para que los lectores puedan asumir una actitud práctica y efectiva ante padecimientos o eventos similares a los que el autor menciona. No debe confundirse escribir un artículo médico, en cualquiera de sus variedades, con una situación netamente curricular, el que así lo hace infringe las reglas básicas de la ética de la comunicación. Escribir, repito, es el deseo de ayudar a nuestros pares en juicio y actitud ante algún caso clínico. Es, también, el trasmitir innovaciones que eventualmente puedan ser útiles en la práctica clínico-quirúrgica.

No existe, en particular en nuestro medio, una limitante para la publicación de artículos basada en los antecedentes de un autor o grupo. Los análisis multicasuísticos que pueden ser tomados en forma retro o prospectiva son bienvenidos a las páginas de nuestra revista para poder conocer sus experiencias y los resultados en diversas instituciones. Los invitamos a enviar sus experiencias personales o colectivas.

Como editor de Ginecología y Obstetricia de México se adquiere un compromiso multifacético, en donde están involucrados actos y decisiones que deben converger en al incremento de la calidad de la revista. Con tal propósito integramos un grupo compacto, con experiencia en publicaciones y, sobre todo, muy auténtico en cuanto a las áreas de la especialidad, para mejorar no solamente la calidad de las publicaciones sino también poder evaluar y aconsejar, en su caso, a los autores. Reunimos a un grupo de editores asociados por especialidad secundaria (subespecialidad le llaman algunos) dependiente de las troncales, Obstetricia  y Ginecología, experimentados, netamente académicos, comprometidos con las instituciones de la especialidad y ampliamente conocidos en sus áreas que, con seguridad, darán impulso y calidad a los contenidos de la revista.

No puedo pasar por alto, en esta  mi primera participación oficial escrita como editor de nuestra revista, mi profundo reconocimiento a todos los que en esta labor editorial me han precedido. Sin olvidar a alguno quiero resaltar los pasos de mi predecesor inmediato, el Dr. Carlos Fernández del Castillo quien durante más de 15 años dedicó su esfuerzo, conocimientos y astucia para hacer de esta publicación lo que ahora es; a él y a su grupo de colaboradores les hago llegar, en mi voz pero siendo portador de la de todos los lectores de la revista, mi más profundo agradecimiento.

El Dr. Fernández del Castillo fue nombrado, por el Dr. Ernesto Castelazo Morales, presidente de nuestra Federación, Editor honorario, por lo que sus consejos y participaciones seguirán estando reflejados en la calidad de los contenidos de la revista.

La experiencia, así como el gusto por la divulgación precisa y adecuada de los conocimientos médicos demostrados por el Dr. Enrique Nieto nos dan la confianza de seguir contando con él en el plano editorial.

Finalizo agradeciéndole al propio Dr. Castelazo y al Consejo Directivo de la FEMECOG por este nombramiento. Sepan que cuentan con el compromiso de no dar marcha atrás, ni de minimizar esfuerzos para hacer que esta tarea, que ahora comenzamos, culmine con una revista de calidad y utilidad para la Ginecoobstetricia mexicana. Otro de nuestros propósitos congruentes con este mundo globalizado es que la revista siga siendo fuente de conocimientos que enriquezca la calidad de la actividad práctica de la medicina de nuestro país, sin soslayar que como objetivo secundario nos hemos planteado, los editores asociados y un servidor, incrementar la calidad de la revista para que sea considerada dentro del grupo de élite de las publicaciones de nuestra especialidad en el ámbito internacional.

Dr. Alberto Kably A.
Editor